Investigación

Estudios sobre la puesta a tierra

La puesta a tierra, también conocida como «earthing», se refiere a la práctica de permitir la transferencia de electrones desde la superficie de la Tierra al cuerpo humano mediante el contacto físico directo con el suelo, como caminar descalzo sobre la tierra o conectarse a la tierra a través de materiales conductores. Este proceso se basa en la idea de que la Tierra tiene una carga negativa sutil y, al reconectarse con ella, el cuerpo puede absorber electrones que ayudan a neutralizar los radicales libres y reducir el estrés oxidativo. Los defensores de la puesta a tierra afirman que puede tener varios beneficios para la salud, como la mejora del sueño, la reducción de la inflamación, la mejora de la circulación y un mayor bienestar general. 

Se han realizado varios estudios para investigar los posibles beneficios para la salud de la puesta a tierra, explorando su impacto en diversos aspectos de la fisiología y el bienestar humanos. La investigación se ha centrado principalmente en cómo la puesta a tierra puede influir en la inflamación, la respuesta al estrés, la calidad del sueño y la salud cardiovascular, con resultados prometedores en algunas áreas.

Un notable estudio publicado en el Journal of Inflammation Research (2015) examinó los efectos de la puesta a tierra en la inflamación y la función inmunológica. Los investigadores descubrieron que el contacto físico directo con la Tierra podría reducir significativamente los marcadores de inflamación, incluida la proteína C reactiva (PCR), que es un indicador común de inflamación crónica. Esto sugiere que la puesta a tierra puede ayudar a modular el sistema inmunológico y ofrecer potencialmente beneficios terapéuticos para afecciones relacionadas con la inflamación, como la artritis y las enfermedades autoinmunes.

Otra área clave de investigación es el impacto de la puesta a tierra en el sueño. Un estudio publicado en Sleep (2004) demostró que conectar a los participantes con la Tierra mejoraba la calidad de su sueño al regular el sistema nervioso autónomo, en particular al disminuir la actividad del sistema nervioso simpático (que está relacionado con el estrés) y aumentar la actividad parasimpática (que promueve la relajación). Los resultados sugirieron que la puesta a tierra podría ser un remedio natural eficaz para los trastornos del sueño, especialmente los asociados con un alto nivel de estrés o desequilibrios del ritmo circadiano.

Los estudios sobre los beneficios cardiovasculares de la puesta a tierra también han mostrado resultados prometedores. En un estudio realizado por The Journal of Alternative and Complementary Medicine (2013), los participantes que practicaban la puesta a tierra con regularidad experimentaron mejoras en la viscosidad y la circulación sanguíneas, factores cruciales para la salud cardiovascular. Al mejorar el flujo sanguíneo y reducir la presión arterial, la puesta a tierra podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Además, las investigaciones han analizado el impacto de la puesta a tierra en el estrés y el estado de ánimo. Un estudio descubrió que la puesta a tierra reducía los marcadores de estrés y mejoraba el estado de ánimo al disminuir los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés. Estos hallazgos fueron respaldados por estudios posteriores que demostraron que la puesta a tierra puede fomentar una sensación de calma, reducir la ansiedad y promover una sensación general de bienestar.

Aunque estos estudios sugieren varios resultados positivos de la puesta a tierra, la comunidad científica sigue pidiendo más investigación para comprender mejor los mecanismos implicados y aclarar los beneficios para la salud a largo plazo. A medida que la puesta a tierra sigue ganando popularidad, los estudios futuros pueden ayudar a validar su potencial como un enfoque simple y accesible para mejorar la salud física y mental.

A continuación encontrará más estudios que exploran los efectos de la puesta a tierra.


En conclusión, el creciente cuerpo de investigación sobre la conexión con la tierra destaca su potencial como una práctica simple pero efectiva para reducir el dolor, controlar el estrés y aliviar la ansiedad. Aunque los estudios sugieren beneficios prometedores, como la mejora de la circulación, la reducción de la inflamación y una respuesta al estrés más equilibrada, es necesario seguir investigando para comprender plenamente los mecanismos subyacentes y validar su eficacia a largo plazo. A medida que la conexión a tierra sigue ganando atención tanto en la medicina alternativa como en las comunidades científicas, los estudios futuros pueden proporcionar una visión más profunda de su potencial terapéutico, ofreciendo una herramienta natural y accesible para mejorar el bienestar general.